El derecho a elegir y el derecho a ser elegido libremente son solo dos de los avances que aporta el mecanismo aprobado en la Cámara de Diputados para las elecciones 2023.
La BUP es un reclamo que muchas organizaciones de la sociedad civil venimos haciendo desde hace más de veinte años, y desde el 2007 la Cámara Nacional Electoral (CNE) viene resaltando la importancia de “asegurar que el derecho a votar no se vea menoscabado por la confusión o una influencia indebida”, e invitando a “reflexionar sobre la adopción de la boleta única”.
Con la BUP siempre vamos a poder votar a la persona o al partido que queramos al estar todas las opciones en la misma boleta, y se asegura una competencia mucho más justa y transparente entre partidos grandes y chicos. Nunca más van a “faltar boletas”, un reclamo recurrente de la ciudadanía y de todas las fuerzas políticas a lo largo del tiempo.
Además de garantizar el derecho a elegir y a ser elegido, la BUP tiene dos beneficios importantes:
- Es mas económica: la reducción de costos no es un objetivo central para impulsar la BUP pero si es un beneficio secundario ya que se estima que se ahorrarían unos $3000 millones cada año electoral, ahorro equivalente a poder construir dos hospitales de 500 camas, o 428 viviendas sociales.
- Es más ecológica: cada año electoral se imprimen millones de boletas que no son usadas y se terminan tirando. La BUP ayuda a la preservación del medio ambiente, y a reducir la huella de carbono al disminuir el uso de papel, de energía y tintas para imprimir las boletas y de combustible para distribuirlas, etc.
Adoptar la BUP no es un cambio improvisado: es el sistema de votación más usado en el mundo, y en Argentina ya se ha adoptado en Santa Fe, en Córdoba y en varios municipios, y en Mendoza acaban de aprobar su utilización para el 2023. Sería por lo mas interesante que un sistema que en el interior ya incorporaron y usan exitosamente sea adoptado a nivel nacional. La BUP es utilizada además hace años por los argentinos que votan en el exterior y quienes votan en las cárceles.
La BUP es sencilla y fácil de utilizar: un análisis del Observatorio Político Electoral de la Universidad Nacional de Rosario de las elecciones de Santa Fe de 2017 (año en el cual se votó con boleta partidaria para la elección de Diputados Nacionales y con BUP Intendentes y Concejales), muestra que el porcentaje de votos válidos, nulos y en blanco es similar con ambos sistemas. Mismo día, mismos electores, ninguna confusión. La BUP siempre va a ser menos confusa y más prolija que una cantidad enorme de boletas partidarias adentro de un cuarto oscuro.
La sociedad apoya la adopción de la BUP: distintos sondeos de opinión pública (Poliarquía, Zuban Córdoba) muestran niveles de apoyo a su utilización superiores al 70%. En Santa Fe, donde se usan ambos sistemas, el 84% de los santafecinos manifestaron estar de acuerdo en votar con el sistema de BUP, y en una encuesta vía Twitter de C5N de abril de este año, el 94% de los respondientes manifestaron estar de acuerdo en que se adopte la BUP para las próximas elecciones nacionales en 2023.
Por último, la adopción de la BUP no debiera ser una iniciativa que quede atrapada en nuestra “grieta” política, identificada con el oficialismo o con la oposición; es un sistema que todos juntos debiéramos apoyar e impulsar. No es del oficialismo o de la oposición propiciar un método que mejora la calidad y equidad de nuestra democracia, ya que garantiza el derecho a elegir y a ser elegido libremente; es mucho más económico; y es más sustentable y amigable con el medio ambiente.
Celebramos que el proyecto esté avanzando en el Congreso y que ya cuente con media sanción en la Cámara de Diputados, y hacemos votos para que el Senado empiece a darle tratamiento y que lo apruebe para que podamos usar la BUP como instrumento de votación a partir de las elecciones generales del 2023, garantizando nuestra libertad a elegir y mejorando de esta manera la calidad y equidad de nuestra democracia.
Fuente: La Nación.