El país recibirá más de 1,2 millones de tabletas y 400.000 bulbos del fármaco dexametasona para hacer frente a la grave situación que atraviesa por el aumento de casos de coronavirus.
En medio de la grave situación sanitaria y la escasez de medicamentos en Cuba, el Gobierno de Canadá ha patrocinado la donación de más de 1,2 millones de tabletas y 400.000 bulbos del fármaco dexametasona con destino a los centros de salud de la isla, según informó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en La Habana.
“Esta contribución forma parte del apoyo de Unicef Cuba al plan de respuesta del país en el actual contexto sanitario”, explicó Unicef en su cuenta de Twitter.
La embajadora de la dictadura cubana en Canadá, Josefina Vidal, agradeció al país norteamericano y a Unicef por “la importante contribución al enfrentamiento de la covid-19”, de acuerdo a lo reportado por medios estatales de la isla.
También recuerdan que Unicef ha contribuido con la donación de jeringuillas para la vacunación en el país caribeño y en la distribución de equipos de protección personal para trabajadores de la salud, concentradores de oxígeno para uso pediátrico y sus accesorios.
En las últimas semanas países como Rusia, México, Bolivia, China, Venezuela, Jamaica, Nicaragua y organizaciones solidarias de Estados Unidos han enviado alimentos, equipos e insumos médicos a la isla caribeña para ayudar a paliar el complejo escenario epidemiológico provocado por una tercera ola de contagios.
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Estas ayudas tienen lugar en momentos en que Cuba sufre una crisis económica y un fuerte desabastecimiento de productos básicos y medicinas, agravado ahora por la covid-19, lo cual generó un creciente malestar que estalló el pasado 11 de julio en masivas protestas ciudadanas contra la dictadura de Miguel Díaz-Canel, que respondió a esas manifestaciones con represión, violencia, detenciones masivas, y un muerto.
El pico de la pandemia que afecta a Cuba actualmente genera reportes desde 8.000 hasta más de 9.000 contagios diarios, elevadas cifras de fallecidos y más de 47.000 pacientes activos ingresados en sus centros sanitarios y en sus propios domicilios, lo que sitúa al país entre los de mayor incidencia en América Latina.
Este domingo el país detectó 9.427 nuevos casos positivos en las últimas 24 horas, y 83 fallecidos, alcanzando hasta el momento 3.438 decesos desde el inicio de la pandemia. Además, registró durante la jornada 103.468 personas ingresadas en hospitales, centros de aislamiento y domicilios.
El director de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública de la República de Cuba (Minsap), Francisco Durán, dijo hoy que en la primera semana de agosto la isla reportó 63.876 diagnósticos de covid-19 y 593 fallecidos, una muestra de la alta transmisión y letalidad existente.
Con una población de 11,2 millones de habitantes, Cuba mantiene una de las tasas de incidencia de la enfermedad más altas del continente con 1.195,3 casos por cada 100.000 habitantes.
Los dichos de Manuel Marrero sobre el aumento de casos de COVID-19 en Cuba
Pese a esta crítica situación, en las últimas horas el régimen castrista responsabilizó a los propios ciudadanos de los contagios “por estar confiados” y “cuidarse menos”. “Los vacunados tienen que cumplir con las medidas de prevención, sobre todo al interior de los hogares, para evitar el contagio de los que no han sido beneficiados con los inmunógenos”, dijo Manuel Marrero, primer ministro de la dictadura.
De todos los vacunados con las tres dosis, el 42% se contagió pasados 15 días de la última inyección, es decir, con el ciclo de inmunización cumplido.
En las zonas de riesgo está en marcha un estudio de intervención sanitaria con Abdala y el candidato Soberana 02, las dos fórmulas más avanzadas de las cinco desarrolladas por Cuba contra el coronavirus. Más de cuatro millones de cubanos han recibido al menos una dosis de los preparados.
El país no ha comprado vacunas en el mercado internacional, ni integra el mecanismo Covax de la Organización Mundial de la Salud (OMS) creado para que los países de ingresos medios y bajos accedan a las mismas.
Ante la crisis sanitaria, las autoridades de la isla convirtieron el Hotel Ciego de Ávila en un hospital pediátrico con 240 camas para infantes contagiados, pero de bajo riesgo, al tiempo que se busca aislar a familias completas para evitar una mayor circulación del virus.
Fuente: Infobae.