Ante el aumento de los contagios y el relajamiento de medidas de prevención, buscan que la policía retome el control de las calles.
Las personas sin barbijo se volvieron una imagen habitual en la Ciudad y ante el aumento de casos el gobierno porteño buscan «recuperar la autoridad» de la policía para organizar el espacio público.
Los jóvenes parecen ser los principales protagonistas de ese nuevo hábito y en el gobierno capitalino expresaron su preocupación. Por el momento descartan medidas drásticas como el toque de queda, pero buscarán evitar las juntadas masivas.
En navidad y año nuevo la policía desactivó varios encuentros multitudinarios en parques y plazas capitalinas. Sin embargo, luego de dispersar a los participantes con sirenas y luces, las personas volvían a reunirse.
En una semana definen si imponen toque de queda.
En el gobierno entienden el cansancio tras casi un año de pandemia e incluso piensan que la llegada de la vacuna puede haber colaborado con el relajamiento, pero apuntan a concientizar a la población y, sobre todo, a que cumplan las órdenes de las autoridades.
Aseguran que se trata de un fenómeno mundial, algo que comprobaron en los festejos de fin de año en Europa, donde se vieron enfrentamiento entre los ciudadanos y las fuerzas de seguridad en Madrid y Londres.
«No sabemos si es un rebote por fiestas o un rebrote. Claramente hay una presencia muy fuerte de los casos», explicaron a este sitio desde el gobierno porteño.
En Parque Patricios también reconocen que la policía perdió crédito desde hace varias décadas en la Argentina, pero creen que en medio de la pandemia es indispensable que recuperen autoridad para hacer cumplir ciertas normas.

A los casi 10 meses de pandemia se suma la irrupción del clima cálido en la mayor parte de la Argentina, algo que genera más incomodidad a la hora de portar el barbijo.
«Además vamos a reforzar las campañas de concientización, pero van a ser en la misma sintonía que hasta ahora. Nunca tenemos la intención de armar una cuestión punitiva ni de estado policial», aseguraron a LPO desde el Ejecutivo capitalino consultados por la estrategia para modificar los comportamientos de los vecinos.
Señalaron que comenzaron a ver un relajamiento de las medidas de cuidado y distanciamiento en la previa de las fiestas, pero por el momento no piensan en medidas extremas. «Nos importa más que la gente pueda recibir bien nuestro discurso y después replicarlo con su familia y amigos que cobrarles una multa», comentaron.
Una de las cuestiones que analizan es si es mejor que los jóvenes se reúnan en lugares con controles y protocolos como restaurantes que en sitios abiertos donde la laxitud es mayor.