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Coronavirus en escena: crisis, aislamiento y arte en la ciudad

La pandemia de COVID-19 está teniendo gran impacto en todas las dimensiones de nuestras vidas, incluyendo la vida cultural. Esta situación presenta una oportunidad para revisar las políticas culturales y su grado de prioridad en la agenda del Estado.

En los últimos meses asistimos a una de las crisis más severas en cuanto a salud y economía de la historia de nuestro país, y ante esta situación, las autoridades nacionales, provinciales y municipales están tomando medidas destinadas a contener el contagio de coronavirus entre la población. La necesidad es clara; evitar el contacto humano en espacios cerrados. Las actividades culturales y escénicas se han visto profundamente afectadas: teatros, auditorios, conservatorios, centros culturales, museos  y otros espacios cerraron sus puertas de manera preventiva y cautelar, provocando la inmediata suspensión de multitud de recitales, obras de teatro, exposiciones, conferencias y un largo etcétera.

Las medidas recibieron el apoyo prácticamente unánime del sector de la cultura, así como del grueso de la sociedad, consciente de la importancia de actuar con inmediatez ante una situación que afecta gravemente a la salud pública. Sin embargo, conviene reflexionar  sobre cómo se está gestionando el impacto que estas medidas van a tener a corto y mediano plazo en la economía del sector cultural, que a pesar del gran volumen de producción con el que cuenta y la importancia simbólico-material que eso conlleva, es poco tenido en cuenta por la administración del Estado en sus diferentes niveles, tanto en situaciones de normalidad como, significativamente, en momentos de excepción.

En la Argentina hay 1591 salas de teatro registradas. Así lo indica el relevamiento realizado por el Sistema de Información Cultural de la Argentina (SInCA), según datos actualizados en el año 2018. De esa cantidad enorme, que posiciona al país entre los que cuentan con más salas por habitante, 793 se encuentran en la provincia de Buenos Aires. En la ciudad de La Plata, según el mismo relevamiento, hay 34 salas de teatro y 37 espacios culturales destinados a diferentes actividades artísticas. De estos números podemos concluir que la zona con mayor cantidad de casos de covid-19 del país y la que cuenta con más normas sanitarias preventivas, es la que tiene mayor concentración de trabajadores de la cultura.

No hay cifras oficiales respecto a la cantidad exacta, pero son muchos, en su mayoría integrantes de cooperativas, proyectos autogestivos o grupos multiartísticos que subsisten gracias a las ganancias obtenidas de las funciones, clases, exposiciones, actividades culinarias y todo lo relacionado con el encuentro entre el arte y su público. Esas personas y esos espacios están en una situación de fragilidad económica grave.

Si bien el Estado Nacional y el Provincial pusieron en funcionamiento distintos subsidios para este sector y para otros vulnerables de la sociedad, en lo concerniente a la cultura aún hay una importante cantidad de trabajadores que, a la espera de un marco legal que regule la especificidad de su condición laboral intermitente, siguen sobreviviendo al día, y la emergencia actual los obliga a interrogarse si podrán hacer frente a sus alquileres, boletas de luz, gas  y los gastos más básicos para sustentarse a sí mismos y a sus familias.

La situación en La Plata

La Municipalidad  no elaboró, hasta ahora, ningún plan de emergencia para aminorar las consecuencias de la pandemia en la comunidad artística, ni relevó la cantidad de espacios que atraviesan el aislamiento obligatorio al borde del cierre definitivo. En los últimos días, desde “La Red Multicultural de La Plata”, espacio que nuclea a varios centros culturales y artísticos de la región, enviaron un documento de reclamo a las autoridades municipales que describe la situación que atraviesan: “Se vuelve notorio el silencio del municipio ante una crisis que afecta a este gran sector de trabajadores, que hoy en día están teniendo dificultades económicas extremas. Y aunque comprenden que es indispensable permanecer con el resguardo de la salud como prioridad, saben que la angustia y el hambre no esperan. Han solicitado en reiteradas oportunidades y de distintas maneras, reunirse con el Secretario de Cultura, Martiniano Ferrer Picado, para poder avanzar en la búsqueda de soluciones a la problemática, sin tener éxito”.

Para conocer de cerca esta realidad, conversamos con cuatro integrantes de colectivos artísticos autegestivos de la ciudad; Flavio Bosco de En Eso Estamos, Juan Garuda de Casa Sónica, Alejandro Orduna de Teatro Práctico y Coni Copello de Vil Teatro.

RC: ¿En qué medidas afecta el aislamiento a los emprendimientos culturales autogestivos?

FB: El aislamiento social preventivo y obligatorio afecta de manera muy directa a los espacios culturales en general, debido a que la mayoría de las actividades por las cuales estos espacios funcionan no pueden seguir llevándose a cabo. Tanto talleres, eventos o producciones dentro de los espacios tuvieron que cesar, con lo cual se nos hace muy difícil pagar el alquiler más los gastos fijos como luz, gas, etcétera. También dejan de percibir sus salarios quienes trabajan gestionando y realizando los eventos; artistas y programadores entre otros.

JG: El aislamiento obligatorio nos afecta en la medida que no podemos generar ingresos para sostener nuestro espacio cultural autogestivo, ya que no podemos desarrollar eventos y nuestra sala de ensayos está completamente detenida, así como toda la actividad que se desarrolla en Casa Sónica. No solo nos afecta en lo económico, también el aislamiento deja imposibilitada la comunicación de la gente que expone su arte y quienes se reúnen habitualmente en el espacio. A eso además se le suma el componente psicológico, que también está, porque estar parados no es algo a lo que estamos acostumbrados.

AO: El aislamiento preventivo afectó completamente nuestras actividades. Tuvimos que cerrar la casa y suspender todo. Esto nos deja sin ingresos para sostener económicamente los gastos de la casa, aunque estén minimizados por el cierre.

CC: El aislamiento obligatorio producto del Covid 19 afectó en todas las actividades presenciales y que requerían del encuentro. Había clases y ensayos durante la semana, un ciclo de cine, funciones de teatro y danza durante los fines de semana.

RC: ¿Qué estrategias están poniendo en funcionamiento para que los espacios puedan subsistir?

FB: Las herramientas que estamos llevando adelante son por un lado, una campaña de socies, donde pueden hacer un único aporte de dinero anual y a cambio estamos ofreciendo contenidos exclusivo (algunos virtuales) y otros serán para cuando podamos volver a funcionar. Esta campaña nos parece importante para tejer redes cooperativas y generar así ingresos a través de una economía solidaria, lo que nos posibilita poder seguir pagando el alquiler y los servicios, lo cual es fundamental para sostener el espacio.

A su vez, algunos de los talleres que funcionaban anteriormente siguen en formato online, si bien se redujo bastante el alumnado, es otra posibilidad de ingresos.

La semana pasada empezamos a  realizar charlas «Kit de emergencia autogestiva» que son encuentros que salen los miércoles a las 20 hs, vía vivo de Instagram, donde vamos hablando con referentes de la cultura platense, para abrir el debate y seguir problematizando la situación pre y pos pandemia.

JG: En lo particular las estrategias para subsistir son ahorrar en todo lo que se pueda, en servicios y comida, porque con el alquiler no pudimos hacer nada. Y cuanto a lo grupal, en conjunto con la Red de Espacios Culturales a la que pertenecemos, la estrategia es la lucha para conseguir que el municipio nos visibilice como generadores de cultura de la ciudad y nos dé una mano. Estamos permanentemente comunicados con los demás espacios por las redes sociales, allí debatimos las acciones posibles para poder subsistir.

AO: Hemos aplicado a todas las ayudas que el Estado proporciono y que eran aptas para nosotres, aunque es muy difícil conseguir todo lo que piden. Además estamos empezando a investigar la posibilidad de clases virtuales, teniendo que crear una nueva forma de enseñar y un nuevo foco de aprendizaje, dado que la base de los talleres de la casa son de artes escénicas que no se constituyen fuera de lo presencial.

CC: La verdad es que no hay ninguna estrategia. Tuvimos la última actividad el viernes 13 de marzo y desde entonces no pasó más nada, no encontramos formas virtuales ni “take away” para volver sustentable el proyecto. 

RC: ¿Se mantienen en comunicación con otros espacios culturales de la ciudad?

FB: Estamos en constante comunicación con otros espacios culturales de La Plata a través de la Red Multicultural en la cual tenemos la presencia de varios compañeros y compañeras, apoyando y trabajando en conjunto con otros y otras artistas de la ciudad para visibilizar la situación. Además estamos en otra red con varios espacios, que nos auto convocamos ante esta situación. Compartimos información, realizamos el armado de protocolos para regresar a las actividades cuando las autoridades lo determinen y también realizamos un video donde mostramos y contamos a toda la comunidad las problemáticas específicas de los espacios durante esta pandemia. Algunos de estos espacios son: La bicicletería creación colectiva, La Gran 7, El escudo, Teatro Práctico, C´ est la vie, Calle 1, El espacio, Vil Teatro,  entre otros.

JG: Es un momento crítico para nuestro rubro, no sabemos cuánto más vamos a poder seguir manteniendo los espacios, pero estamos dispuesto a dejarlo todo para sostener esto que somos: cultura popular.

AO: El aislamiento preventivo generó mucha unión entre los espacios, hay ayuda mutua, contención y acciones grupales. Además, lxs profesorxs de artes escénicas platenses generamos una comunidad para unirnos (PAEA) desde la que se están haciendo acciones de visibilización y generando un protocolo para poder volver a trabajar.

CC: Sí, estamos en comunicación directa con varios espacios amigos donde nos compartimos información, estrategias y alientos. También participamos de algunas actividades de visibilización de la problemática del sector.

Cabe señalar que la Municipalidad de La Plata también adeuda a los centros culturales habilitados la cuota de subsidio mensual que debería otorgarles según el ARTÍCULO 6° de la ORDENANZA 11301 de 2015*

La pregunta que queda sin responder es quizás la que tengamos que repetirnos de aquí en adelante: ¿Queremos que la cultura de nuestro pueblo sea un ornamento prescindible?

Nuestra identidad se alimenta del arte porque de ahí emana la posibilidad de crear;  la cultura, en un sentido amplio, se refiere principalmente a los sentidos que damos al mundo y a nuestras vidas; las formas de organización social, los valores, los derechos y las tradiciones. Es por eso que debemos hacer una autocrítica y estar a la altura de las circunstancias, de lo contrario este escenario, para los espacios y las personas que integran “lo cultural”, podría ser peligrosamente irreversible.

 

Por: Nahuel Ortiz

 

 

*LA PLATA, 23 de septiembre de 2015. El Concejo Deliberante, en su Sesión Ordinaria Nº 22, celebrada en el día de la fecha,  ha sancionado por unanimidad la siguiente: ORDENANZA 11301. Art 6: Los Espacios Culturales Alternativos habilitados, recibirán una subvención de manera mensual acorde a las categorías que se detallan a continuación: CLASE (A): Subvención equivalente al valor de un sueldo básico municipal. CLASE (B): Subvención equivalente a la categoría 4 (cuatro) de un sueldo municipal. CLASE (C): Subvención equivalente a la categoría 5 (cinco) de un sueldo municipal. CLASE (D): Subvención equivalente a la categoría 7(siete) de un sueldo municipal.

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