Región Cultural entrevistó a la Dra Alcira Vallejo especialista en e-learning (aprendizaje electrónico) e investigadora científica de la CIC (Comisión de Investigaciones científicas de la provincia de Bs As). Magister en tecnologías aplicadas a la educación UNLP, para conocer mas sobre este nuevo sistema de educación que se esta llevando a cabo en medio de la pandemia del COVID.
RC – ¿Qué es la educación a distancia? ¿Cómo surge?
AV – Cuando en la actualidad decimos Educación a Distancia, en general nos referimos a la Educación mediada por tecnologías, donde los docentes y los alumnos no comparten el mismo espacio físico. Pero, no siempre fue así, en sus inicios, hace más de un siglo, la educación a distancia era por correspondencia: en una segunda época se usaron los medios de comunicación masiva, como la radio y la televisión, hasta que comenzó la etapa de las tecnologías de la comunicación y la enseñanza mediada por computadora.
RC – ¿Qué cuestiones investigan los científicos sobre este tema en la actualidad? Cuáles serían a su criterio los caminos que debería tomar la ciencia para investigar y avanzar en mejorar la educación a distancia.
AV – La investigación relacionada con la Educación a Distancia abarca diferentes áreas: por un lado, toda investigación que se refiera a cómo el ser humano aprende, incluyendo aquí las nuevas teorías del aprendizaje e incluso las neurociencias, será significativa para todas las modalidades, presencial, mixta y a distancia. Lo mismo para la investigación en nuevas estrategias pedagógicas, en aspectos vinculados con el diseño y la comunicación visual, modelos de diseño instruccional, etc. Por otro lado, hay áreas de investigación y desarrollo que están ligadas más específicamente a la educación a distancia porque se refieren a nuevas herramientas tecnológicas, entornos educativos virtuales y aplicaciones educativas basadas, por ejemplo, en inteligencia artificial, juegos, realidad aumentada y simuladores.
Los caminos que debe tomar la ciencia para la mejora de la educación a distancia deben basarse en todos estos aspectos, de forma equilibrada. El área tecnológica no debería ser prioritaria sobre las demás, como ocurre a menudo.
RC – Antes de la situación de aislamiento social, ¿cuál era la incidencia / participación de la educación a distancia en los sistemas educativos del país?
AV – Antes de la situación de aislamiento la Educación a Distancia, en la educación formal, era casi exclusivamente de nivel universitario, tanto de grado como de postgrado, con alrededor de 50 universidades públicas oferentes. El aislamiento produjo un cambio abrupto en la modalidad de enseñanza, ya que hubo que incorporar el nivel primario y secundario.
RC – ¿Sirve la educación a distancia para reemplazar las clases presenciales?
Ante todo, tenemos que diferenciar las posibilidades de la educación a distancia en una situación normal, de la educación a distancia en una situación de pandemia, donde tuvieron que improvisarse, en pocos días y de la mejor manera posible, los mecanismos para que la educación pueda seguir llegando a todos los hogares del país. En una situación normal, una acción educativa a distancia a nivel institucional se planifica y se desarrolla a través de equipos multidisciplinarios, capacitados específicamente, con expertos en el área pedagógica, tecnológica, de diseño y de gestión, entre otros. De este modo puede llegarse a un nivel de valor académico y de calidad educativa comparable con la educación presencial, o aún mayor.
En esas condiciones, la educación a distancia puede reemplazar a la educación presencial en muchas áreas del conocimiento, sobre todo en el nivel universitario. En cuanto al nivel primario y secundario, más que reemplazar a la educación presencial, en este momento se está implementando una iniciativa de continuidad pedagógica que probablemente deje su huella y permita complementar en un futuro a la modalidad presencial.
RC – ¿Los y las docentes de nuestro país, están preparados para convertirse en maestros virtuales?
AV – La formación académica, la calidad humana y el compromiso social de las y los docentes de nuestro país hace que potencialmente estén preparados para los mayores desafíos. En una situación de crisis alimentaria, si se los necesita para atender comedores escolares, están. Si tienen que detectar y acompañar en problemas de violencia intrafamiliar, abusos, adicciones, están. ¿Cómo no van a estar en esta situación de extrema gravedad? Las y los docentes tuvieron que adaptarse en tiempo récord a estas nuevas condiciones y es un hecho que lo están llevando adelante. Si estar preparado significa manejar las herramientas que permitan ejecutar las acciones nuevas que se requieran, entonces… sí, estaban preparados.
RC – Argentina tiene capacidad tecnológica para afrontar el desafío de la educación a distancia? Qué ha mostrado este período de aislamiento en cuanto al acceso / brecha digital de las personas en situación de vulnerabilidad? Cuáles serían las estrategias / abordajes que se volverán necesarios en este sentido en un futuro inmediato?
Sí, por supuesto que Argentina tiene la capacidad tecnológica para la implementación de la educación a distancia. Hay un factor fundamental e indispensable: la conectividad. Si hablamos de educación mediada por tecnologías, no puede existir sin conectividad. En 2010 se comenzó con el desarrollo de una red federal de fibra óptica, con el Plan Nacional “Argentina Conectada”, complementado con otras iniciativas de democratización del acceso a estas tecnologías, como el Programa Conectar Igualdad y la creación de la Televisión Digital Abierta. Estas políticas fueron corroboradas por el Gobierno actual y se les dará continuidad. Mientras tanto, se encontraron algunas alternativas para paliar esta situación de desigualdad en las posibilidades de conectividad, como el convenio con las empresas de telecomunicaciones para permitir el acceso a los portales educativos oficiales sin requerir consumo de datos, la entrega de tablets y computadoras y la adjudicación de chips/modem bajo la forma de becas de conectividad.
Por Azul Seoane