“No te preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregúntate que puedes hacer tú por tu país.” John F. Kennedy
El COVID-19 ha provocado una situación históricamente inusual, cambio rotundo de hábitos, modificación radical de creencias, un presente errático y finalmente un futuro incierto que por momentos asusta.
En este contexto, un hecho indudable y expuesto permanentemente ha quedado fuera de discusión, el rol del Estado es un factor clave en nuestra vida cotidiana, no sólo podemos observarlo en nuestro país sino también al comparar la acción de los distintos gobiernos del mundo ante esta pandemia.
Mucho se escribe sobre el Estado y el Gobierno en el presente, en tiempos de cuarentena, pero cómo será el día después de mañana, sobre todo cuando ese día es hoy mismo. Qué deberíamos aportar de nosotros mismos, a partir de nuestras acciones para que esta situación no sólo represente crisis, sino una oportunidad de ser mejores en todo sentido, porque el mundo ya no será el mismo.
Personalmente estoy convencido, que siempre el camino y el desafío es lograr que la Política (sí, en mayúscula) se supere para estar a la altura de las cirscunstancias. Ya notamos que eso no es una utopía, este proceso de acuerdo de fuerzas políticas que naturalmente se encuentran en posiciones opuestas, ha sido posible gracias a la voluntad de los actores que las lideran.
Definitivamente este es el camino para potenciarnos, superar esta crisis y tomar el envión suficiente para recuperar una identidad que se base en el respeto por el otro entendiendo que el que piensa diferente me potencia y me aporta una perspectiva que no puedo ver.
La política no es otra cosa que una actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo[1] y entonces un nuevo desafío para los “políticos” es motivar esa participación ciudadana a partir de la construcción de un Estado Moderno que amplíe su capacidad institucional y de representatividad.
Los lineamientos de este Estado Moderno deben tener su razón de ser en la inclusión de los ciudadanos con alto sentido de pertenencia y participación activa y constante en el desarrollo estatal, llevando a cabo tal objetivo con herramientas actuales y tecnológicas que permitan la rápida identificación de las problemáticas y exigencias de sus habitantes.
En ese sentido la política, los nuevos actores estatales junto a la ciudadanía, tienen para el futuro la necesidad de plantear y generar algunos consensos que nos permitan alcanzar, entre otras cuestiones trascendentes:
– Un ESTADO MODERNO: Efectivo, Inteligente, Interactivo, Integral y Sustentable.
Es decir, un Estado que revitalice la relación con el ciudadano a fin de otorgar respuestas agiles y precisas a las problemáticas que surgen del vivir día a día. Porque el sistema actual de relación con el ciudadano ha quedado obsoleto y que deben tomarse nuevos conceptos e implementar nuevas tecnologías a fin de agilizar la gestión gubernamental.
– El RESPETO Y CUMPLIMIENTO DE LAS NORMAS VIGENTES: Seguridad en su sentido más amplio.
Reforzar los valores de la sociedad en un Estado de Derecho, con el convencimiento de que la sujeción a las normas vigentes conlleva indefectiblemente a un funcionamiento eficaz y equitativo para lograr armonía y satisfacción en el conjunto social.
– El DESARROLLO DEL ESPACIO PUBLICO: Respetando al otro.
El desarrollo implica la consideración del espacio público como la instancia de interacción colectiva desde donde se observa la forma de relacionarse entre los ciudadanos y el respeto hacia el otro.
– Una REFORMA TRIBUTARIA Y ECONOMICA: La distribución de la riqueza como prioridad.
Otorgar transparencia y eficacia en el sistema tributario como base de la administración financiera del Estado en la cual la asignación de los fondos públicos se vea efectivamente reflejado en el bienestar y utilidad de la cotidianeidad de la vida de los ciudadanos.
– La INCLUSION Y EXCELENCIA EDUCATIVA: La educación de excelencia como derecho universal.
El sistema educativo es el formador por excelencia de nuestros niños y jóvenes, potenciando en la complejidad adoptada por la composición y evolución de la familia como primer núcleo de articulación social. Por ello, ha quedado en evidencia la necesidad de brindar a nuestros docentes las herramientas y los recursos para que el aula los encuentre preparados de la mejor forma para las exigencias que plantea la educación en el siglo XXI.
– DERECHOS HUMANOS: Más derechos más humanos.
El cumplimiento y la atención de los Derechos Humanos, los cuales tienen que ser garantizados en todas sus esferas con un Estado al servicio de los sectores y géneros más vulnerables de la sociedad a fin de brindar de manera obligatoria, insoslayable y primordial las garantías en cuanto a acceso derechos básicos y universales de forma igualitaria, como salud, vivienda, educación, trabajo, seguridad y cultura.
– Una ADMINISTRACIÓN ABIERTA Y ESTRATÉGICA: Vocación por lo público de cara a la sociedad
Es tiempo de profesionalizar profundamente la administración pública, no sólo en términos de recursos humanos sino también considerando procesos, metodologías y perspectivas. Resulta evidente la necesidad de abordar la mejora continua en el funcionamiento de la Administración en la atención a las problemáticas del ciudadano.
En resumen, es necesario trabajar seriamente en consensos, aportando todo de nosotros en el diseño y desarrollo de políticas públicas, modelos de gestión y planes de gobierno sustentables, favorecer al mejor desempeño de las diferentes unidades gubernamentales y facilitar la participación ciudadana, en pos de una mejora de la calidad de vida y el bienestar común.
[1] Tercera acepción de la definición de política según la Real Academia Española.
Marcelo Corti; Director Ejecutivo del Centro de Desarrollo Sustentable de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.