Es conocida mi postura académica sobre los cambios revolucionarios que modifican la historia de la humanidad. En mis clases de la cátedra de Historia de las Ideas, de la Facultad de Periodismo, he aludido al descubrimiento del fuego, cómo elemento revolucionario, que transformó al hombre de las cavernas, en clanes, tribus y nómades. Vinieron otros elementos, la agricultura, el descubrimiento de la navegación ultramar, la aparición del estribo, hasta llegar así a la vertiginosa aparición del Internet.
Hoy, frente al surgimiento de la pandemia que anunciara la OMS y que tiene al mundo globalizado en el terror, estamos frente a un claro cambio de paradigma, es una mutación clara del orden internacional. Es en éste contexto, que se me invita a reflexionar sobre el destino de la figura del trabajador. El trabajador antes y el trabajador después de éste giro copernicano del planeta, es certera su valorización en el antes, pero incierta en el después.
No muchos años atrás, manifesté en términos académicos mi opinión sobre el trabajo y el trabajador. Eran otros tiempos económicos y políticos, estábamos frente a uno los ciclos naturales de éstos vectores. Era la globalización y la etapa triunfadora del capitalismo en su máxima expresión. Transcribo parte de aquél artículo, que publicara la revista Tiempos de Utopías.
«Fue durante una conferencia en la ciudad de San Carlos de Bariloche, año 1991, en que hice clara referencia a la problemática laboral en el mundo, cómo consecuencia del proceso de globalización en el que la economía neoliberal suprime la intervención del Estado para la creación del empleo, dejando toda la responsabilidad al empresario y que de manera patética se empezaba a instalar en nuestro país.
En esa oportunidad, anuncié que se venían los tiempos de la felíz esclavitud y que estaba en peligro la red social que el justicialismo había generado a través del derecho laboral, producto de constantes luchas históricas de los trabajadores argentinos y que se pretende cancelar y cambiar por un derecho empresarial o por una disciplina que tiene como objetivo la defensa de la empresa y de su capacidad de generar empleo y no su antigua función tutelar social.
«A la luz o sombra de nuestra realidad, éste concepto del esclavo feliz, que intenta sustituir en el mundo y el país el concepto humanista del trabajador, se viene imponiendo dentro de una lógica de máxima ganancia desde la cual funciona y tiene sentido la existencia del capitalismo como ideología imperante.
Desde ésta óptica analítica, se observan los esfuerzos por generar nuevas formas de organización del trabajo, que buscan científicamente la explotación integral de todos y cada uno de los recursos y factores que intervienen en los procesos de producción de bienes y servicios.
«Arturo Pacheco Espejel, investigador del IPN de México, dice que si bien la tecnología es el motor que impulsa la productividad y la competitividad, ésta no funciona por sí sola, sino que requiere del trabajo humano, elemento que ha obligado a las empresas a redescubrir el fenómeno del trabajador. Es el comienzo de la paradoja filosófica de fin de siglo: reencausar la alternativa a partir del trabajador, imponerlo desde su mención hasta desde su protagonismo, rescatando para el estudio de las ciencias sociales la conceptualización de la propuesta histórica del peronismo.(El trabajador del peronismo y el esclavo neoliberal)».
Éste análisis es el antes, fue ayer. El después, es hoy. La pandemia, sus consecuencias veloces y letales, ha hecho que el coronavirus, con un vértigo apocalíptico, se transforme en el elemento revolucionario que de por terminada la etapa del capitalismo. Sin darnos cuenta vivimos una socialización total de la producción y circulación, nos marca Guillermo Robledo, en una reciente exposición.
Nos indica que estamos ante el inicio de una nueva era para los pueblos, dónde la lucha será dada por la reducción de las cuatro horas de trabajo y la renta básica universal económica, es decir un nuevo concepto del trabajo. Marca también, que se saturó la capacidad de consumo y entramos en nuevo fenómeno civilizatorio. Culmina sosteniendo, que deja de existir el capital, que éste es sólo una estética burocrática, que lo que existe es la socialización de la economía de la mano de los subsidios del Estado, sustentado por el aporte de millones de trabajadores. El Estado es la locomotora que moviliza el tren de la producción y el trabajo.
Así es, cómo entre la aparición de fenómenos laborales cómo el teletrabajo, de que el dinero es tan sólo una ilusión, cómo bien afirma Daniel Petriz y que el sismo pandémico ha modificado la geografía política, nos debemos avocar a la aparición del nuevo sujeto que personalice al trabajador del nuevo mundo.
«Te encuentras a la deriva, yéndote de ningún lugar, porque en el que estabas, te das cuenta que no pertenecías. «Que ése lugar era la nada y la nada te quita existencia, contorno, cuerpo, volumen… «Dirás lánguidamente sobre si tu vida tuvo sentido, te evaporas en un aire turbio, que convierte tus pensamientos pesarosos en volutas, como humo de cigarrillo, que vician aún más el aire, te impide despejarlo, para ver más allá, para reencontrar un camino, un camino nuevo, una salida que te lleve a salir de la nada, para iniciar una vida distinta. Enrique Logroño».
Jesús María «Tito» Plaza
Abogado, periodista, Docente universitario y Ciudadano Ilustre de la ciudad de La Plata por su valioso aporte profesional a la comunidad.

HUGO DAVID BASCOPE
14 mayo, 2020 at 6:22 am
Es un muy buen analisis, Nuestro pais sufrio el sindrome del descreimiento, y creyeron que Europa era lo mas, ( liberal por cierto) pero en los años 70 se quemaron. Muchos libros.
Estando en Noruega. En el 77.- vi que ellos habian reducido la jornada Laboral. Y en algunos casos los dias laborales yy habian incluudo. La capacitacion. Tambien. Para combatir el Alcoholismo. Aca. En los 93 94 y se mentalizo a la Sociedad sobre la nesecidad de aumentar la jornada laboral. Y muchos sectores perdieron derechos Reforma del. Estado Profesionalizacion de los cargos y concurso. Jjaaa jjaa concurso de quien y de quienes. «UNA TRAMPA» porque muy pocos conocen al Estado. Yy el rstado esta solo. En CABA FUE ASI que GUSTSVO VELIZ, fue el Secretario del INAP.
HUGO DAVID BASCOPE
14 mayo, 2020 at 6:29 am
En LA PLATA SE PRESISA APROVECHAR LOS RECURSOS NATURALES SUS TIERRAS Y COORDINARLAS CON EL CONICET Y LAS FACULTADES PARA GENERAR TRABAJO
HACER MAS EDUCATIVO LOS SISTEMAS DE ENSEÑANZAS. ( EDUCAR. PARA QUE APRENDAN. LA REALIDAD. ) y HACERLOS MAS PRACTICOS. VOLVER A LA ESCUELA TECNICA CONNLOS AGREGADOS DE ECONOMIA Y ADMINISTRACION. YY. GENERAR TRABAJOS Y DESARROLLAR AL COOPERATIVISMO. Y LAS COOPERATIVAS