Con el Covid-19 y el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, los artistas urbanos de la ciudad se ven obligados a buscar otros espacios y formas para poder continuar con su labor.
Tras casi dos meses de pandemia y cuarentena, la preocupación crece en la misma proporción que se ven afectados sus ingresos.

Sergio Pierella
Sergio Pierella, el reconocido y talentoso artista platense de 53 años, cuyos trabajos han cruzado la frontera. Brasil y España son algunos de los países, que acobijaron sus creaciones.
En una entrevista con Región Cultural, afirma:”esta cuarentena, me ha dejado con las manos atadas, al igual que al resto de los artistas urbanos. Esta es una actividad en donde para generar el trabajo y concretarlo, hace falta ir a los lugares donde se harán los murales”.
Pierella transmite el sentir y la preocupación de quienes se dedican al arte urbano, mural y graffitero, cuyo oficio es su único medio de ingresos y están pasando por una emergencia económica.
“En el último, año de manera auto-convocada nos hemos estado reuniendo y conociendo para generar un colectivo de artistes urbanos. Esto nos ha servido para conocer las distintas problemáticas y tratar de encontrar soluciones para el sector, entre todes. Lo nombramos TRAMO (Trabajadorxs Muralistas Organizadxs, de la región que abarca La Plata, Berisso y Ensenada)”.
Este Licenciado en Artes Plásticas, con orientación en Pintura, recibido en la Facultad de Bellas Artes, (hoy facultad de las Artes) de la UNLP, desde que recuerda, le gusta dibujar y pintar. Es un trabajador tiempo completo porque también aprendió otras disciplinas como Dibujo; Escultura; Grabado; Cerámica e Historia del Arte.
“Me he dedicado por alrededor de 25 años a trabajar de manera independiente aplicando el arte en realización de carteles, decorados y escenografías; objetos y esculturas, maquetas; cuadros; restauraciones en edificios públicos y entre otras cosas; murales. Esto último es lo que me capturó por completo y me llevó a hacer una amplia variedad de trabajos con distintos fines y estilos en viviendas, comercios, instituciones y hasta realizar gigantografías publicitarias, en medianeras de edificios”.
“El oficio de pintor muralista me dio siempre la posibilidad de participar en hermosos encuentros de arte urbano y conocer otros lugares. Es muy enriquecedor compartir experiencias con otres artistas”.
También el arte mural le permitió a este artista platense participar en acciones solidarias en escuelas públicas, clubes o comedores barriales, compartiendo su actividad con toda la comunidad.
Sergio dice que trabaja y crea tratando de que los colores e imágenes puedan servir para transformar los espacios en lugares que necesitan sentir que el resto de la sociedad se acuerde de ellos.
“En la casa que era de mis abuelos paternos, en el barrio de La Loma, tengo mi Taller de Arte. Allí doy clases particulares de Pintura y otros artistas dictan sus cursos y seminarios. También realizamos eventos multidisciplinarios, con artistas pintando murales en vivo, recitando poesías, cantando y tocando con sus bandas y el público presente puede a participar de actividades artísticas. La idea siempre fue compartir un momento de entretenimiento, con el barrio y la comunidad y de difundir la actividad cultural del espacio”.
Ahora bien, todo eso, hasta que comenzó la nueva realidad que estamos transitando por estos días, donde tenemos que quedarnos en nuestros hogares. El taller se cerró con su magia, sus voces, sus pinceles, música y los infaltables mates.
“Desde que todo comenzó no fui más a mi Taller. Las paredes de mi casa son mis nuevos lienzos donde puedo plasmar mis murales, a modo de seguir ejercitándome y publicando en mis redes”, dice Sergio con tono amigable y cálido. El mismo tono de voz de sus colegas, teñido con la nostalgia de un tiempo reciente que le daba alas adentro y afuera del taller.
Sergio sabe que sólo no se puede. “Lo que nos moviliza es la idea de que la única salida a los problemas es colectiva”.
El mensaje es claro. Los artistas urbanos están seriamente afectados por la crisis económica, que se agravó con el Covid-19 y las medidas que se debieron adoptar.
Como si se tratara de un viejo reclamo, que hoy cobra mayor fuerza, TRAMO (Trabajadorxs Muralistas Organizadxs, de la región que abarca La Plata, Berisso y Ensenada) insiste en exigir políticas culturales publicas más amplias e inclusivas, donde el Estado genere más participación a les artistas locales, con más presupuesto, y obviamente en condiciones de remuneración y de trabajo dignas. Donde se amplíe el cupo de ocupación a mujeres, trans, lesbianas, etc”.
Los artistas urbanos necesitan, al igual que muchos sectores afectados por la pandemia, que sus reclamos sean atendidos, para poder seguir trabajando y embelleciendo nuestro mundo, a pesar de todo.
Por: Maria Fernanda Carabelli
