El artista, que cumple su aislamiento en soledad, compuso un tema dedicado a sus afectos y lo ilustró con imágenes de su familia, amigos, compañeros de trabajo y fans.
Ya hace rato que Pablo Granados se dio cuenta de que lo importante en la vida no es generar más dinero del que se necesita, sino tener tiempo libre para poder disfrutar de los afectos y de esas delicias cotidianas que hacen a la verdadera felicidad. De manera que la introspección obligada a la que lo llevó la cuarentena, no le hizo descubrir nada nuevo.
Pero es justamente por eso que, estando solo en su domicilio de Capital Federal, dónde cumple a rajatabla con el aislamiento social que rige en todo el país por la pandemia del coronavirus, el artista no pude más que extrañar a sus hijos, Mery y Migue, a su adorada nieta de 3 años, Bernardita, a su mamá Delia, a sus amigos y a todos aquellos que, hasta hace apenas dos meses, formaban parte de su rutina diaria.
“Mi postura es que no queda otra que aguantar, porque mientras menos salgamos menos cantagiados va a haber. No queda otra”, dice Granados en diálogo con Teleshow. Y reconoce que no le cuesta la soledad, ya que todos los días está con contacto con sus afectos. Sin embargo, en su cuenta de Instagram (@pablo_grana), compartió el video de un tema al que llamó Todo lo que quiero, en el que enumeró todo aquello que hoy sueña con poder volver a hacer.
La letra de la canción, que ilustró con videos e imágenes de su álbum personal, dice lo siguiente: “Quiero besarme con mi nieta, volver a jugar fútbol, visitar a mi vieja, caminar por el campo, tomar café con Coco, pegarme esos abrazos con todos los que quiero. Quiero juntarme con la banda, hacer música con Mery, cruzarte por la calle y sacarnos una foto. Reír con los obreros y que el ruido de sus obras me moleste de nuevo. Quiero esas sonrisas y miradas cómplices de cada payasada. Quiero otra vez mirarte fiero si al cruzarnos gritas ‘Pachu’, confundiéndome de nuevo. Quiero escapar a Rosario para comerme un buen pescado. Quiero ser libre, mas no puedo. Y mañana despertar y descubrir que todo esto fue un sueño. Un maldito sueño”.
Pablo tiene una casa en el campo, que se convirtió en su lugar en el mundo. Allí suele disfrutar del aire libre y de la vida en familia. Pero también es el lugar que más lo inspira a la hora de crear el contenido que sube a sus redes sociales. Sin embargo, la cuarentena lo agarró en CABA y sin permiso para circular, por lo que no le quedó más remedio que resignarse al departamento.
“Me hubiera cambiado la vida pasar todo este tiempo ahí, Tendría la barba hasta la cintura”, dice divertido. Y explica: “Cortar el pasto, tocar el piano y hacer mis videos desde el campo es mucho más sano, rodeado de pájaros y perros”.
No obstante, desde que decidió no esperar a que su teléfono sonara para ponerse a crear y a producir, Granados se las ingenia para armar sus sketch dónde sea. Y, aún desde su encierro, hoy sigue haciendo reír a sus más de un millón trescientos mil seguidores con sus ocurrencias.
Fuente: Infobae
