Las intimidaciones son constantes a pesar que sobre él recaen más de 12 descargos en sede judicial. La Justicia y sus prolongados tiempos dilatan su aprehensión.
Mientras la justicia demora en resolver si ordena o no la detención de Lucas Grippo por violencia de género, su expareja Melina Cruz sigue siendo blanco de amenazas de muerte mediante mensajes de texto y llamadas intimidatorias.
En la última semana, Grippo se acercó a Cruz haciendo que la tobillera que el imputado posee, active una señal que le advierte a la joven sobre la presencia en las inmediaciones del agresor. Si bien no hubo contacto físico, la cercanía del violento para con su víctima genera aun más preocupación sobre todo si se tiene en cuenta el tenor de los mensajes de texto que aún le envía a la denunciante.
Cabe señalar que la fiscal Cecilia Corfield (titular de la UFI 15 de La Plata) ya requirió al jugado de Garantías la detención para Grippo y, habiendo convalidado ese petitorio, solo resta la conformidad de los jueces de la Cámara alta para que su captura se haga efectiva.
Mientras ese planteo no se resuelve, el implicado sigue libre y merodeando por la casa de Melina.